DISCURSO LEÍDO POR LAURA GINSBERG
Hoy…cuando
se cumplen 20 años de la masacre de nuestros familiares y amigos en la AMIA, nos
encontramos aquí, frente al Congreso Nacional, en un nuevo acto para manifestar
nuestro repudio a la masacre y exigir juicio y castigo para todos los
culpables.
Como
sucede en cada aniversario, las imágenes de esos días vuelven ante nuestros
ojos. Y hay una en particular que elijo compartir con todos ustedes. No es la imagen
del polvo y la devastación en la calle Pasteur. No es la imagen de la
desesperación de los brazos extendidos de los voluntarios que dieron sus primeros
auxilios. No son las imágenes de la muerte…
Es
la imagen que recuerdo del acto realizado apenas 72 hs después del atentado,
hoy hace casi 20 años. En medio del espanto y la conmoción, el pueblo argentino
marchó en una tarde lluviosa hasta este lugar para repudiar el atentado a la
AMIA. Cargada de dolor, la multitud repudió la presencia del entonces
presidente y actual senador Carlos Menem, expresando el nivel de conciencia que
ya existía acerca de la responsabilidad del gobierno nacional en lo ocurrido. Con
sus gritos y chiflidos, le impidieron el uso de la palabra a las autoridades
nacionales.
Una
de las consignas de aquella marcha decía que “la auténtica solidaridad es hacer
justicia” y era reveladora de un claro reclamo popular dirigido al Estado y a sus
instituciones. Es la imagen del reclamo anclado en la memoria y experiencias de
las luchas contra la dictadura para no permitir otro crimen del terrorismo de
Estado en nuestro país.
Hoy…20 años después, la
cuestión de cómo superar la impunidad y
el encubrimiento del ataque a la AMIA está inmersa en medio de una crisis
política profunda que se manifiesta en la corrupción del vicepresidente Boudou,
en medio de las negociaciones por la deuda externa, que prometen hipotecar
nuestras vidas por los próximos veinte años y en medio de una inflación
agobiante que castiga a todo el pueblo argentino.
Conscientes
de que el ataque a la AMIA es parte de la historia de nuestro pueblo y de las
crisis que vive nuestro país, las personalidades públicas y las organizaciones
aquí presentes levantamos esta tribuna, una vez más.
Hoy…veinte años después
de haber sostenido un lucha inclaudicable por el esclarecimiento de la masacre
aún impune, empezamos nuestro acto denunciando que los sucesivos gobiernos
nacionales han sido incapaces de satisfacer el más elemental reclamo popular de
verdad y justicia.
Ellos
son los responsables de dos décadas ganadas por la impunidad y el encubrimiento,
de veinte años sin verdad y sin justicia, de veinte años de responsabilidad
criminal y encubridora que le caben al conjunto del aparato del Estado
nacional.
Si pasaron 20 años y todavía
no pueden dar ninguna explicación de lo que pasó entonces, ¿qué podemos esperar
de esta gente?
El Poder Judicial, en
la figura de todos los jueces y fiscales intervinientes en la causa AMIA y
conexas, el Poder Legislativo, a través de la comisión bicameral de seguimiento
de las investigaciones de los atentados contra la Embajada y la AMIA, y el
Poder Ejecutivo, en la figura de ocho presidentes de variada filiación
partidaria, es decir, los tres poderes del Estado, han sido y continúan siendo
encubridores del atentado terrorista más grave cometido en la historia de
nuestro país, y todavía no dieron cuenta de su participación criminal en este
ataque.
Después de 20 años, son
incapaces de proveer verdad y justicia porque son los organizadores del
encubrimiento y la impunidad.
Para llegar a esta situación, el Estado argentino tuvo y tiene la complicidad política de las direcciones de AMIA y DAIA. Juntos trabajaron para alejar cualquier posibilidad de esclarecimiento, de alcanzar la verdad y perseguir justicia. Juntos trabajaron para consagrar la impunidad.
Para llegar a esta situación, el Estado argentino tuvo y tiene la complicidad política de las direcciones de AMIA y DAIA. Juntos trabajaron para alejar cualquier posibilidad de esclarecimiento, de alcanzar la verdad y perseguir justicia. Juntos trabajaron para consagrar la impunidad.
Durante los primeros 10
años, tanto los gobiernos de Menem y la Alianza como la AMIA, la DAIA y algunos
familiares apostaron al que llamaban “juicio histórico”, generando la ilusión
de que iba a traer verdad y justicia. Los jueces liberaron a Telleldín, Ribelli
y cía., los primeros eslabones de la conexión local. Concluyeron que con la
investigación realizada se quiso “satisfacer oscuros intereses de gobernantes
inescrupulosos”, que ni identificaron ni investigaron.
¡Y pensar que esos
gobiernos usaron la causa AMIA con la intención de rescatar y refundar el Poder
Judicial y las instituciones!… Fue un verdadero fracaso.
Todo el pueblo
argentino, y los familiares de AMIA en particular, fuimos víctimas de estos
manipuladores que se aprovecharon de nuestra ilusión de alcanzar justicia.
El juicio terminó en
2004, y recién el año pasado la Presidenta Cristina Kirchner reconoció el
carácter fraudulento de las políticas del Estado y del juicio oral durante los
primeros 10 años tras el atentado. Fue cuando dijo que de "Lo que se
trataba era de llegar a un juicio, en el que no se iba a saber absolutamente
nada" porque "Se había fabricado una causa que no tenía ningún tipo
de anclaje legal” (Discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso
Nacional. 01 de marzo de 2013). Todo un reconocimiento
tardío de la responsabilidad que también involucra a su propio gobierno.
Entonces: qué podemos
esperar de un futuro juicio por encubrimiento, que todavía no sabemos cuándo se
va a sustanciar?
En los últimos 10 años,
finalizado el juicio oral, liquidada la conexión local, y con el objetivo
expreso de salirse de la imputación que hacíamos al Estado nacional por encubrimiento,
el gobierno de Kirchner puso la responsabilidad criminal a 20.000 km de
distancia. Con el patrocinio de los Estados Unidos e Israel usaron la causa
AMIA para articular una política internacional tras los intereses de las
grandes potencias. El gobierno de Kirchner montó una acusación contra Irán con
pruebas que nunca presentó, y se mostró como un firme aliado de Bush y Olmert
al servicio de la guerra en Medio Oriente y de las políticas contra Irán y el
'Eje del Mal'.
Para ésto, también contó
con el apoyo militante de AMIA, DAIA y otros grupos de familiares.
Más recientemente,
cuando el Departamento de Estado se encaminó a un acuerdo político con el
régimen iraní, el gobierno de Cristina Kirchner impulsó la Ley del Memorando,
que denunciamos como un obstáculo para el esclarecimiento del atentado, porque
es parte y resultado de la trama del encubrimiento que el Estado nacional
articuló para evadir su responsabilidad encubridora reconocida por Decreto en
el año 2005. Dijimos que era el Punto Final.
El montaje de la
acusación internacional que el gobierno armó y sostuvo durante los últimos 10
años, también ha llegado a su fin.
Hasta el juez de la
causa, Canicoba Corral, considera que la conexión iraní no es siquiera una
pista, es apenas “una hipótesis todavía”, sin más importancia que otras como la
siria o la local, admitiendo la falta de pruebas para sostener cualquier
acusación sea ésta local o internacional (Miradas al Sur 14/06/2014). El juez se
dio el gusto de criticar al fiscal Nisman, diciendo: “que tanto en lo que se refiere a la pista local como a la pista siria,
es un trabajo que el fiscal nos debe”.
Las últimas noticias del naufragio las dio hace pocos días la
Embajadora de Israel en Argentina. Una acusadora sistemática de Irán por el
atentado a la Embajada, que por primera vez dejó esa acusación de lado y
reconoció que no tiene “ni un
hilo para saber qué ocurrió… hasta ahora todo es un manto de
sospecha”, dijo (La Nación 07/07/2014).
Esta es la realidad que
tanto el gobierno como las direcciones de la colectividad judía y hasta los
grandes medios ocultan, deliberadamente.
Queridos amigos y
compañeros:
¿Qué queda, entonces,
cuando ya no hay “conexión local” ni “conexión internacional”?
QUEDA ENCUBRIMIENTO E
IMPUNIDAD.
Se trata del fracaso
sostenido en el tiempo. Veinte años de fracaso de todas y cada una de las
políticas del Estado y de los gobiernos de turno que, en nombre del
esclarecimiento, van de maniobra en maniobra, de ocultamiento en ocultamiento,
repitiendo el mismo camino que llevará al próximo fracaso, como si nada
hubieran aprendido de los fracasos del pasado.
Y después nos hablan de
memoria…
Deliberadamente buscan
hundirnos en la confusión, en la angustia, en la desesperanza. Es una política
de Estado, una decisión política que están dispuestos a sostener, como si no
tuviéramos otra alternativa.
El gobierno de Cristina
Kirchner y las direcciones de AMIA y DAIA se muestran como si estuvieran
enfrentados, pero los une una voluntad común que, en nombre de la “memoria”,
sólo busca terminar con cualquier reclamo para esclarecer el crimen y condenar
a culpables y encubridores.
Todos trabajan para poner
un Punto Final a cualquier reclamo como aquél, que comenzó una tarde como ésta,
en la Plaza del Congreso, hace ya casi 20 años.
Unos nos hablan de
“memoria” y los otros llenan las calles de la ciudad con carteles diciendo que
no hay “olvido”. Pero esconden que, desde hace meses, están trabajando en un
acuerdo para imponer una ley que se propone modificar el Código de
Procedimientos Penal y hacer pasar como constitucionales a los llamados
“juicios en ausencia”. Serán juicios en ausencia de acusados, en ausencia de
pruebas y en ausencia de testigos. En ellos estará ausente la verdad. El mismo
juez Canicoba Corral dijo que esta propuesta es un dislate que sólo sirve para
“seguir vendiendo espejitos de colores”.
Estamos convencidos de que
podemos terminar con el encubrimiento y la impunidad. Es posible conocer la
verdad. Sólo la verdad nos va a reconfortar.
Papa Francisco,
escúchenos: no nos hace falta llorar más ni sufrir nuevas angustias. Ya
lloramos demasiado durante 20 años. Queremos conocer la Verdad y hacer Justicia
en la Tierra.
Por eso tenemos una
propuesta y la presentamos de cara a toda la sociedad:
desde APEMIA venimos
impulsando la constitución de una Comisión Investigadora de la verdad, una
Comisión Investigadora Independiente de las políticas del gobierno de turno, que
tenga a su disposición los archivos secretos que el Estado sigue ocultando.
Su objetivo fundamental
es el esclarecimiento integral del atentado.
Pensamos que la Comisión
debe estar integrada mayoritariamente por personalidades con reconocido
prestigio social, derivado de su trayectoria en el ámbito de los derechos
humanos, la justicia, la ciencia, la cultura y/o la solidaridad social, a la
que se sumarán diputados, senadores y representantes de los familiares de las
víctimas.
Esta propuesta se
plasmó en un Proyecto de Ley que presentamos hace pocas semanas, junto a distintas
personalidades que nos acompañaron y que están dispuestas a integrar la
Comisión Investigadora, y diputados y senadores de distintos bloques del
Congreso que lo están impulsando o acompañan la iniciativa, entre otros, los diputados
Lozano, Donda, Zabalza, Argumedo y Carrió y los Senadores Solanas, Morandini y
Giustiniani.
El Proyecto ya fue
girado a las Comisiones de ambas cámaras. Les exigimos a los diputados y
senadores que abran el debate y que no cajoneen este proyecto. Después de veinte
años, nadie puede negarse a que, por primera vez, se constituya una Comisión
Investigadora en el ámbito del Congreso.
Conocer la verdad es una condición previa a cualquier intento serio de futuros juicios.
Conocer la verdad es una condición previa a cualquier intento serio de futuros juicios.
Por ello, nuestra
propuesta que impulsa una suerte de “Conadep de la AMIA” está en las antípodas
de cualquier proyecto que, por la vía de “juicios en ausencia” redobla el
encubrimiento y la impunidad.
Estimados amigos y
compañeros:
Antes de terminar
nuestro acto, no queremos dejar de referirnos a un hecho que conmueve a hombres
y mujeres alrededor del mundo. Se trata de la masacre del pueblo palestino a
manos de uno de los ejércitos más poderosos de la Tierra.
Nosotros nos
solidarizamos con las víctimas de tamaña agresión y como familiares de víctimas
del terrorismo del Estado nacional en AMIA, denunciamos al gobierno argentino
que mantiene la boca cerrada frente a la magnitud y la criminalidad de las
acciones terroristas del Estado de Israel en Gaza, y que viene de negociar con
Netanyahu la continuidad de la impunidad del atentado a la AMIA en nuestro
país.
En los discursos de los
actos de esta mañana, estaba latente una idea: parecía que era el último
discurso que incluyera reclamos. Para el futuro, imaginan sólo discursos
referidos a la “memoria”, sin reclamo alguno.
A diferencia de ellos,
nuestro compromiso es con la lucha por verdad, juicio y castigo para todos los
culpables.
Por eso somos
solidarios y nos ponemos del lado de las luchas de nuestro pueblo. Por eso
caminamos junto a las Madres, que denuncian las políticas de marketing del
gobierno que pretende apropiarse de los pañuelos que representan una lucha de
casi 40 años por verdad y justicia.
Por eso estamos y
acompañamos a otras víctimas y organizaciones que integran el Instituto Espacio
de la Memoria, recientemente disuelto por el gobierno nacional.
Por eso también
acompañamos a los familiares de las víctimas de Cromañón y de la masacre de
Once, que luchan contra la impunidad de los funcionarios del Estado
responsables de estos crímenes.
Y por eso, junto a
todas las víctimas de la impunidad en nuestro país, exigimos:
Que abran los archivos
secretos!!
Que se constituya una
comisión investigadora de la verdad, independiente de las políticas del
gobierno!!
Por verdad, juicio y
castigo para todos los culpables!!
Buenos Aires, 18 de julio de 2014
apemia2002@yahoo.com.ar